domingo, 31 de agosto de 2008

A RIAÑO VIVO - Ramiro Pinto Cañón



Aún el viento arrastra las hojas
y mece la hierba de la pradera

Aún sigue azul el azul del cielo
y lo indestructible no se puede destruir.


Aún matan y golpean unos
y otros aman y resisten.


Pero siempre vence
la sonrisa al orden,
el baile al desfile,
el corazón abierto
a la razón de estado,
la mano limpia
a la mano armada,
el trabajo libre
al trabajo esclavo.


Porque vencer es ser libre,
libre como el viento.

Vencer es amar y luchar;
el resto, recovecos de lo que son:
dinero y hormigón.

¡ Ellos son dinero y hormigón !

Sombra de la primavera, ladrones del sol,
la luna y el viento, destructores de la victoria
que grita silencio.

viernes, 29 de agosto de 2008

viaje por las montañas de Riaño

Madre, dijo un día Anciles. ¿ me deja hacer un viaje con mi amigo Crémenes ?. sí, pero Huelde pronto. Comieron unos Argovejo mal guisados y se marcharon a ver unas Ferreras que tenían una Tejerina en Ocejo, y después de ver agua en una Cisterna; al bajar por Santa Olaja de la Varga prendieron fuego al Valle de las Casas y de veía La Llama desde Corcos. Llegaron a la Mata de Monteagudo, donde encontraron un Cigoñal de un Cerezal, pero no le pudieron coger, por qué se hicieron daño en las Muñecas y no cayeron en La Red. Dijo uno de ellos: Renedo de esta Villa del Monte; y el otro contestó: cállate que tienes una lengua como una Taranilla.
Al bajar al Prado de la Guzpeña encontraron unos mozos muy Calaveras de la Vega de Almanza, que venían de una Villamorisca, de visitar una Cabrera, a la que encontraron dándose aire con un Cebaniaco.
Dijo uno de ellos. ¿ quieres que pasemos el río ?. Cea, como tú quieras, dijo el otro; y llegaron al Carrizal de San Pedro pero Cánsoles el camino al pasar el Puente Almuhey por lo que decidieron dormir en un Soto que encontraron; pues no encontraron posada por ser una Villacorta. Uno de ellos, el más valiente, dijo: valéis menos que una Sota, a lo que respondió el otro. no Valderrueda el tiempo. Allí pasaron la noche y encendieron una Velilla para cenar y cuando acabaron dijo uno: trae la Guardo.
Al día siguiente emprendieron el camino a Morgovejo y , Besande la mano a un padre Prioro que encontraron llegaron a un tierra muy Pedrosa después de beber Siero de una cabra de Valverde. Hallaron unas corrientes de agua y dijo uno: Esla mejor pesca que en toda esta tierra entra por Boca de Huergano de la Reina. Cuando llegaron a Villafrea, se miraron en los Espejos y estaban tan sucios que parecía que tenía la cara untada con Barniedo.
Atravesaron una Portilla por unos Llánaves y fueron a visitar a Santa María, pero como no llevaban Caldevilla, por habérsela roto los Cordillanes de la bolsa, no encontraron Posada y tuvieron que dormir en Los Llanos del Soto de la Prada, donde pasaron las de Caín.
Al día siguiente se dirigieron a Oseja; pero como allí se pa Sajambre sólo se detuvieron a beber por una Ribota un poco de vino, que estaba ya bastante Acebedo por desgracia. Quisieron coger peras de una huerta, pero como estaban Vierdes ninguno Pio.
Cuando llegaron a Vega Cerneja, encontraron unos frailes Liegos que venian montando un Burón, muy grande,ya Retuerto y vendían Redipollos y llevaban los pies cubiertos de Polvoredo.
Preguntó uno. ¿cuanto cuestan? ;tres Cuenabres y Lario Salio a la Puerta y enseñando la Uña le dijo: Escaro y contestó el fraile: si te parece caro, Casasuertes.
Armaron una Remolina muy Carande al llegar a un pueblo donde metían la hierba a Horcadas , y dijo uno: ¡qué pasa? y contestó otro: yo no Riaño con nadie, es este que Maraña Isoba.
Entonces fueron a consultar al sabio Salamón que vive en unas Salas muy pintorescas de su palacio, el cual dijo: no Valbuena la cosa, es Ciguera que no os deja ver ¿Lois?.
Atravesaron entonces Rellero, Pallide y cada uno regresó a su casa, dejando al revoltoso en el campo Sotillo.

lunes, 25 de agosto de 2008

Completa evasión del mundo

Un pequeño espacio en el inmenso mundo de internet para nuestro particular paraíso.Qué decir,pues,si mejor que palabras...serían sentimientos los más apropiados para calificar lo que se siente... Como levantar la mirada para confirmar el significado de 'bienestar',o de 'libertad',o de...por qué no,'diversión','el paso del tiempo','vacaciones'... Cada uno tendrá diferentes sensaciones,pero sí estaremos de acuerdo en que es un lugar perfecto en el que perderse.
Y no importa la estación en la que nos encontremos.Ya puedes sentir el frío de la nieve en tu piel,como el brillo del sol en tus pupilas,viendo la nieve derretir...como diría George Harrison en su "Here comes the sun",pero mirar alrededor y verse protegido por innumerables bosques, imponentes colinas, y la mirada atenta de la fauna...es de lo más especial que yo he vivido,son momentos que ni incluso rodeada de lo que creía poder definir como 'felicidad' había sentido.
Sé que quizás escribir todo esto pueda resultar innecesario,ya que carece en cierta manera de carácter informativo,pero es necesidad lo que siento...necesidad de plasmar lo que yo percibo cuando estoy allí,y es que,amigos...ni yo,acostumbrada a escribir larguísimas parrafadas,consigo reflejar lo que realmente quiero decir...la palabra sería "inexplicable".
Amo Carande,amo cada uno de sus rincones,cada trago de felicidad que te ofrece,cada sonrisa que te causa,cada momento de inspiración que te proporciona,cada amistad que mete en tu maleta.Y es que...he necesitado años para comprender que la auténtica vida,la más dichosa y la más completa que tengo...dura algunos días,algunos días que no tienen otro comienzo sino el 13 de Agosto de cada periodo estival...

Carande en la Literatura

A muchos de nosotros nos falta el oxígeno cuando estamos un cierto tiempo sin ir a Carande o no poder estar en él todo el tiempo que hubiéramos querido. A muchos de nosotros solo nos queda el consuelo de la memoria, las fotografías y de los libros. Y son los libros en donde aparece nuestro pueblo el tema que quiero tocar hoy. ¿ De qué modo esta Carande presente en la literatura actual y pasada ?


Para empezar tendríamos que remontarnos a la única Lápida Vadiniense hasta ahora encontrada en Carande. Se trata de un monumento funerario que un vadiniense ( tribu cántabra que habitaba la cuenca alta del Esla, Cea y Porma ) hace a otro.

La traducción dice así: " Voto a los dioses Manes. Pentovio Petronio lo dedicó a su amigo Bodero Ama, hijo de Bodero Vadiniense, de 20 años. Aquí yace. "

Seguramente existan más lápidas vadinienses en nuestro pueblo, en las cuadras más viejas, en el cementerio, en la iglesia... Esta fué encontrada en una cuadra cuando se llevaba a cabo una remodelación de la misma.


Siguiendo el transcurso del tiempo llegamos a la edad media donde el Rey Alfonso XI de León y Castilla manda publicar el famoso Libro de Montería. En este cuaderno se cita Carande como un excelente lugar para la práctica de la caza mayor ( oso, ciervo, corzo... ) y se dá importancia a los extensos hayedos que en él existen.

Ya en el siglo XIX, Madoz, en su labor de desamortización, recorrió todos los pueblos de España dejando unos breves apuntes sobre Carande. Se cita en sus libros que Carande tiene una escuela de primeras letras, una iglesia parroquial, una ermita arruinada y que las gentes de Carande se dedican a la caza y a la venta de madera de haya en Tierra de campos que truecan con vino, pan y otros articulos de consumo.

En el siglo XX, Carande comienza a colarse poco a poco en la literatura con más frecuencia, siempre asociado, como no, con la cultura montañesa de Riaño. Así, en varias publicaciones que se realizan en los años de lucha contra el embalse ( década de los 80 ), Carande aparece cómo único pueblo junto con Horcadas que no será demolido, siendo todos los pueblos de su alrededor arrasados por las excavadoras. Se habla de su lápida Vadiniense que es llevada al Museo de León en la capital Leonesa. En el libro Riaño Vive de 1987 aparecen varios apuntes sobre ella.

La profesora Julia Miranda realizó, también por estos años, un importante trabajo sobre la toponimia de los pueblos del Alto Esla, así como leyendas, tradiciones y demás aspectos a tener en cuenta, en la que Carande se lleva un buen porrón de hojas que hacen y seguirán haciendo las delicias de muchos ratones de biblioteca. En él se habla de la leyenda que guarda Cotoloro sobre el oro y un pellejo de toro. De la laguna misteriosa de práo Recuenco. De lugares como el Colláo el baile, Trespandiellos, Valdecolina...
Es, hasta ahora, el mejor estudio cultural que se ha hecho sobre Carande.

En 1992 el periódico Leonés " La Crónica 16 " edita un cuaderno sobre los más importantes bosques de León en el que se dedica un capítulo al hayedo de Salio, hayedo que comienza en las colladas de Henar de Carande. En este libro se habla de las costumbres carandiellas como la de " bajar a campos " a vender madera y demás productos por vino y otros alimentos. También se comenta la extraodinaria naturaleza que rodea a nuestro pueblo.


En 2004 la editorial celarayn publica la " Guía geológica visual de León " donde aparecen varios ejemplos geológicos de Carande como las capturas fluviales situadas al sur del pueblo, se habla de su litología predominante de pizarras del carbonífero, acumulaciones tectónicas de caliza en el Gilbo o de varias minas de carbón en Salio y de Argonito en la base del pico Gilbo.

Y metidos en la novela actual, Carande aparece en el novela histórica de Ara Antón " Astures, el último bastión contra Roma ", como un pueblo por donde pasan los protagonistas antes de llegar a Burón, donde tiene lugar una batalla entre Astures-Cántabros contra los Romanos.

Pero sin duda alguna, la novela que más trato da a nuestro pueblo es " Tridio Alonge ", del paisano de Remolina Saturnino Alonso Requejo . En esta novela que trata sobre la vida de un guerrero vadiniense que vive en el Castro de las Conjas ( Remolina ), Carande juega un papel importante, pues el amor del protagonista es una joven pastora del castro de Garayo ( Carande ).
Además, se habla de varios lugares familiares para Carande como la Hoz Escura, Piedralagua, Horcadas, Peña Llampa, etc.

También, recientemente, se ha publicado el libro de Ruben Alonso de Ponga, natural de Valbuena del Roblo, " El llanto de la Carabiella ", que nos habla de varias historias de la comarca de Riaño durante la guerra civil Española.



Para terminar, y aunque esto pertenezca ya a la filmografía, decir que la película de " Luna de Lobos " basada en la novela del mismo nombre de Julio Llamazares, fué rodada al otro lado del Gilbo, concretamente en el valle de Anciles. En esta novela y película se cuenta la historia de un grupo de maquis que resisten los primeros años de la postguerra escondidos en varios rincones de la montaña de Riaño.


Esperemos que Carande siga y aumente su presencia en la literatura Leonesa que ahora se encuentra en pleno auge.

domingo, 24 de agosto de 2008

Origen del nombre de Carande

Son muchas las incognitas que Carande nos muestra, es bien sabido por todos que el pueblo de Carande tenía otra situación, hay leyendas sobre Cotoloro diciendonos que hay un tesoro escondido, historias sobre sus gentes que nos encandilan, cuevas inmensas esperando ser descubiertas y muchas más cosas que desconocemos, pero, ¿qué es de su nombre?, ¿de donde viene la palabra Carande?, tampoco lo sabemos con exactitud pero según la Catedrática de lengua y literatura y Doctorada en filosofía y letras Julia Miranda al igual que otros autores considera que Carande esta formado por la raíz KAR(R)A- y el sufijo -NT-. También hay otras hipótesis que nos hablan de que Carande viene del vasco, en la forma de Garayondo o Garayo, pero creo que la hipótesis de "Karant" es más acertada.

KAR(R)A-, significa "piedra" y varios lingüistas consideran que pertenece al indoeuropeo común o protoindoeuropeo.
El sufijo -NT- pertenece al indoeuropeo más antiguo. Este sufijo se utilizaba para la denominación de ríos y servía para formar nombres colectivos, es decir, nombres capaces de designar lugares, plantas, u otros objetos cuya característica era encerrar o contener en gran número o en cantidad apreciable, la cosa designada por el tema.

Según esto, se cree que el significado de Karant se puede referir a piedra redonda o abundancia de pidra y no hace falta recordar que un símbolo de este pueblo es Peña Redonda que posiblemente tenga relación con dicha denominación.


La forma de Carande como hoy la conocemos aparece ya recogida en un documento del año 1.189, perteneciente a la Abadía de Santa Mª de Benevívere (Palencia), donde se concede a Benevívere la tercera parte del Monasterio de San Martín de Pereda y de la villa de Pereda, con heredades de más de treinta pueblos, entre ellos CARANDE. Esta forma de Carande recogida en este documento muestra que la hipótesis etimológica que nos proponen estos autores (KARA + NT) es aceptable y de que la sonorización de -NT- tuvo lugar antes de la fecha anteriormente citada.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Lobos, osos y demás personajes de Carande


Deseo abrir aquí una primera parte de un tema muy familiar y fascinante en este pueblo. Lobos, Osos y demás personajes es (o espero que sea) una recopilación de todas aquellas historias que desde pequeños se nos contó, o oímos contar a la luz de la lumbre, sobre anécdotas y curiosidades que habían pasado en las carnes de algún habitante del pueblo en relación con todas esas criaturas (reales e imaginarias) que vivían en la sombra del hayedo.
Estoy seguro que en cada casa de Carande existe una peculiar historia vivida por algún pastor, cazador o arriero. Un encuentro con el oso, una carrera delante de los lobos, una aparición inesperada… Os animo a todos a que nos mandéis vuestra historia y así podamos hacer una gran recopilación de la tradición oral Carandiella, y por lo tanto, preservar nuestra cultura leonesa que empieza ya a estar en peligro de extinción.



“Obos”

Quiero comenzar contando una historia que ocurrió ya hace más de setenta años, cuando Carande todavía era un pueblo desconocido para muchos, sin carretera, sin teléfonos, sin luz… pero con unos montes que albergaban el mayor competidor contra el hombre entonces, el llobu.

Contaba mi abuela que un vecino había ido a pasar la tarde a Remolina a visitar unos parientes. Llegando el atardecer, el descuidado carandiello decidió partir hacia su pueblo ante las advertencias de los vecinos de Remolina que le aconsejaban que no partiera hasta el amanecer pues sabían que el lobo ese invierno estaba algo enrrabiáo y solía aparecerse muy a menudo en los caminos, y sin la protección del sol o de alguna escopeta, un solo hombre contra una manada de hambrientos cánidos, poco podía hacer.
Pero el carandiello era valiente y solo aceptó llevar un manojo de paja y una caja de cerillas y no tardó en partir hacia su pueblo desoyendo las sabias advertencias de los de Remolina.

Supongo que subiría primero hacía los puertos de Horcadas (recuerden que en estos años este era el camino más corto y habitual hacia Carande, no había presa ni carreteras…) y supongo que fué por estos parajes que separan Horcadas de Tejerina donde el caminante se dió cuenta que no estaba solo en el sendero. Un lobo de repente se cruzó en su camino desapareciendo luego entre unas escobas. Al poco rato apareció al fondo del camino para luego desaparecer de nuevo. El carandiello comenzó, ya con el pulso un poco desafinado, a encender la primera cerilla y quemar un poco de paja.
Cuando pensó que el lobo se había ido, cuál fue su sorpresa al ver aparecer al borde del camino tres lobazos grandes como mastines que no paraban de ir de un lado a otro del camino. El pulso se le aceleró cuando vio que la noche iba cayendo y todavía quedaba una hora de camino hacia Carande. Comenzó a andar cada vez más deprisa a la vez que prendía con mucha ansia pequeños manojos de paja. Los lobos seguían a su vera hasta que de repente uno se colocó detrás de él y le golpeó con el hocico en sus piernas, haciendo que el aterrado carandiello casi tropezara ( ¡ y menos mal que no lo hizo ¡ ) y cayera. El hombre intentó mantener la calma y seguir rígido y recto, aunque su espíritu estaba tan consumido como la paja que iba poco a poco desapareciendo. No paraba de pensar si sería prudente agacharse para coger una piedra o un palo, pero al final nunca llegaba a hacerlo porque el miedo le tenía paralizado. Rezó a todos lo santos habidos y por haber y suplicó a todos los pastores, mastines, cazadores, guardias civiles y más gente que aparecieran de repente en frente suyo y que acabaran con esa pesadilla.
Él sabía que el fuego asustaba a los lobos, y era una obligación mantener ese fuego de esperanza hasta la collada de Carande. Los lobos siguieron cruzándose en todo su camino, a veces desaparecían y aparecían como un fantasma al lado de él, dándole unos sustos al pobre carandiello que ni el mejor de los fantasmas hubiera podido hacerlo.

El caminante aceleró el paso cuando pasó la collada que entra al valle del Carandín y aunque llevaba todo el camino pensando que no lo podría hacer cuando llegara el momento, sacó de su más profunda alma, ya muy debilitada por la terrorífica compañía, un berrido, y otro, y otro, y otro... No eran palabras, eran súplicas, alaridos como de ultratumba, pero sirvió para alertar a los mastines de Carande que salieron del pueblo ladrando en dirección a la collada.
El caminante, cuyas manos empezaban ya a estar algo chamuscadas entre las últimas raminas de paja que le quedaban, empezó a correr al encuentro de los mastines y los lobos, que no son tontos, dieron media vuelta cuando olieron la llegada de los perros.

El carandiello, pálido, helado, sin respiración, sin habla, entró al pueblo ya en noche cerrada. Los vecinos de la primera casa creyeron ver a un fantasma de lo blanco que estaba el hombre y le mandaron rápidamente entrar para que se calentara y se tranquilizase, pues el pobre caminante estaba a punto de un infarto.
Cuando le preguntaron que había ocurrido, qué le había pasado en el monte para que viniera tan aterrorizado como estaba, solo pudo responder lo que muchos ya sospechaban: “O… obos, ooobos, o…bos, obos, lobos, loooobos”


Cuenta mi abuela que tardó algunos días en recuperarse. Sin duda alguna, fué el viaje más largo de su vida.






(El lobo es un animal que muy raramente ataca al ser humano, y si lo hacía era en tiempo de mucha hambre en el monte o de terribles nevadas que hacían desaparecer cualquier vestijio de vida en la montaña. El lobo tiene mucho respeto al hombre y por cada oveja que cae en colmillos del cánido, caen seis lobos en manos del hombre. El lobo, al igual que los tejos de peña redonda o la bolera de la iglesia, forma parte de la cultura de Carande y es un deber saber conservarlo. )

lunes, 18 de agosto de 2008

Es imposible olvidarte






La tormenta de Taranis ha comenzado a caer sobre la sierra, cubriendo todo el valle de nubes mágicas de vapor que ascienden hacia las peñas. Y una suave corriente de agua ahora se desliza por mi alma, fundiéndome con la tierra que piso. No veo más que partes de mi mismo en cada árbol, en cada hierba, en cada piedra. No sé donde acabo yo y donde empieza Carande. Una tierra, esta bella y solitaria tierra , que no ha parado de acosarme ni un solo día de mi vida. Llamándome a través de verdes sueños, acariciándome a través de dulces xanas, dándome la libertad de sus altos picos que el agobiante asfalto me negaba.

La tormenta de Taranis sigue y ahora ya hace tiempo que me he perdido en lo más profundo del bosque, rodeándome de multitud de criaturas, de multitud de hermanos. Soy lo que mi corazón quiere ser, una parte más de esta tierra que ahora llora sobre mí.
Llora porque ya nadie la escucha, ya nadie sube a visitarla, ya nadie cierra los ojos y respira profundo al lado de este riguero que ahora juega entre mis pies. Un riguero que atraviesa cada uno de los valles de la Diosa Astura buscando a sus hijos perdidos entre el egoísmo y la falsedad de los muros de cemento. Muros que bloquean mi corazón y hacen llorar a mi madre naturaleza pidiendo a gritos ser liberada, ser liberada de esa prisión en la que los hombres la han metido, esa prisión de fango, muerte y pena. Penas que ahora llueven sobre mi cabeza.

Como un triste mirlo encerrado en una jaula en medio de un frondoso robledal, así te veo yo, tierra mía, ¿Cuánto tiempo tendré que estar viendo este crimen?
¿Hasta cuándo vamos a seguir reteniendo las aguas de la libertad, de la justicia… las aguas que no son más que la sangre fértil de nuestra madre naturaleza?

Es imposible olvidar lo que han hecho contigo. Riaño.





viernes, 15 de agosto de 2008

Collado del... ¡ Baile !




Situado en las faldas del Gilbo, encima de la Fuente del hoyo y a mitad de camino entre Horcadas, Carande y Riaño. El colláo el baile es un lugar muy querido en estos valles y todo un símbolo natural, cultural e histórico.
Sus verdes praderas son el terreno propicio para el crecimiento del gamón, una planta muy abundante en estas montañas que es aprovechada por multitud de animales ( salvajes y domésticos ) como alimento. Y he aquí el nacimiento del collado del baile.

Cuenta la tradición que hasta hace pocas décadas vecinos de Horcadas y Carande se juntaban en estas llombas para recoger conjuntamente los gamones, que luego servirían como alimento para los gochos. Al acabar la recogida se preparaba una apetitosa y merecida merienda ( con un poco vino, claro está ). Mientras el sol acariciaba poco a poco Las Pintas, el acordeón, el rabel y la gaita sonaban entre los helechos llenos de mozos ( y alguna que otra escondida pareja… ) que bailaban, bebían y descansaban el largo día de trabajo. Al final, cada uno pa su casa, Los Carandiellos pa Carande, y los Horcadiellos pa Horcadas ( y algún Riañés Vallarqué p´abajo ).

Esta especie de romería fue desapareciendo con el paso de los años. La gente emigraba y con ellos, los gochos. Y los gamones quedaron solos, y con ellos el collao el baile. Pero el nombre del lugar sigue bailando en el tiempo y en la mente de algún que otro montañés que piensa y da a conocer una humilde pero atractiva propuesta. Recuperar y acondicionar el collado del baile para poder realizar una romería todos los años.
Creo que no es un gasto muy desorbitado para nuestro ayuntamiento la colocación de una zona de comida y recreo ( unas sillas y unas mesas ) como se ha hecho en el valle de Hormas. El chozo de Risosa ahí lo tenemos ( recientemente arreglado por Horcadas ) y ahí sigue esperando que le demos más uso.
Sería conveniente arreglar el camino de Carande al collado ( conocido popularmente como la fuente del hoyo ) puesto que esta bastante cubierto de maleza en muchas partes del camino, y en los meses de lluvia se hace casi intransitable por el barro y el agua. Un poco de piedra bastaría, amén de un buen acceso a la carretera.
No estaría nada mal la colocación de unos carteles informativos que hablaran al visitante de esta tradición de los gamones y la romería, y sobretodo, de la espectacular naturaleza que lo rodea: corzos, venados, rebecos… y el espectacular Gilbo que tantas miradas se gana.

Puesto el mantel solo hace falta traer un poco de tortilla, un poco de sidra y mucha gente de Horcadas, Carande y Riaño que bailen al son de algún grupo de música tradicional. También necesitaríamos bajar la comida con algún juego tradicional como la soga, la petanca, carreras de caballos… Y el gran reto es: ¿ Por qué no una escuela de escalada en la peña cotolojo o en cueto Cabrón ? Aunque esto será otro tema para otro día.

Las palabras se las lleva el viento, así que espero que aterricen en casa de alguien que vea viable esta propuesta de recuperar esta bonita tradición respetuosa, eso siempre, con el medio ambiente, que une a los pocos pueblos que quedan en el viejo valle de Vadinia.

lunes, 4 de agosto de 2008

La Lentitud de los Bueyes



Julio Llamazares es un escritor leonés ( concretamente nacido en Vegamián, criado en Olleros de Sabero y oriundo del valle del Curueño ) que desde siempre ha sabido plamar en papel la mirada y el paisaje de esta montaña nuestra.


El Río del Olvido, La Lluvia Amarilla, Luna de Lobos ( novela en la que se basó la película del mismo nombre que fué rodada en el valle de Anciles ), El cielo de Madrid... son algunas de sus principales y más bonitas obras.


Su lucha por la dignidad de la montaña y más especificamente, por la dignidad de los valles anegados por embalses ( como es Riaño, o como fué su pueblo natal, Vegamián ) ha hecho de Julio Llamazares, una de las principales voces y palabras de la montaña Leonesa en estos tiempos.


Últimamente le hemos podido ver presentando su última novela, Las Rosas de Piedra. Una novela en la que recorre las principales catedrales Españolas, contando y describiendo la vida y la historia de cada ciudad.


Además, en estos últimos meses ha escrito varios articulos hablando sobre la barbaridad de construir la línea eléctrica Sama-Velilla por la montaña Leonesa, y la necesidad de justicia para la Región Leonesa, reclamando una autonomía propia para esta.




Con esta poesía que ahora pongo aquí, quiero darle un pequeño homenaje desde el pueblo de Carande. Espero que os guste y sepáis asociarla a nuestro pueblo y a nuestro valle.




La Lentitud de los Bueyes

Yo vengo de una raza de pastores que perdió su libertad cuando perdió sus ganados y sus pastos.

Durante mucho tiempo mis antepasados cuidaron sus rebaños en la región donde se espesan el silencio y la retama.

Y no tuvieron otro dios que su existencia ni otra memoria que el olvido.

Caliente está la piedra donde bebían la sangre de sus vides al caer de la tarde.

Pero qué lejos todo si recuerdo.

Qué lejos de mí la región de las fuentes del tiempo, el lugar donde el hombre nace y se acaba a sí mismo comouna flor de agua.

Ellos no conocían la intensidad del fuego ni el desamor de los árboles sin savia.

Los graneros de su pobreza eran inmensos.

La lentitud estaba en la raíz de su corazón.

Y en su sosiego acumularon monedas verdes de esperanza para nosotros.

Pero el momento llegó de volver a la nada cuando los bueyes más mansos emprendieron la huída y una cosecha de soledad y hierba reventó sus redes.

Ahora apacientan ganados de viento en la región del olvido y algo muy hondo nos separa de ellos.

Algo tan hondo y desolado como una zanja abierta en la mitad del corazón.