La tormenta de Taranis ha comenzado a caer sobre la sierra, cubriendo todo el valle de nubes mágicas de vapor que ascienden hacia las peñas. Y una suave corriente de agua ahora se desliza por mi alma, fundiéndome con la tierra que piso. No veo más que partes de mi mismo en cada árbol, en cada hierba, en cada piedra. No sé donde acabo yo y donde empieza Carande. Una tierra, esta bella y solitaria tierra , que no ha parado de acosarme ni un solo día de mi vida. Llamándome a través de verdes sueños, acariciándome a través de dulces xanas, dándome la libertad de sus altos picos que el agobiante asfalto me negaba.
La tormenta de Taranis sigue y ahora ya hace tiempo que me he perdido en lo más profundo del bosque, rodeándome de multitud de criaturas, de multitud de hermanos. Soy lo que mi corazón quiere ser, una parte más de esta tierra que ahora llora sobre mí.
Llora porque ya nadie la escucha, ya nadie sube a visitarla, ya nadie c

Como un triste mirlo encerrado en una jaula en medio de un frondoso robledal, así te veo yo, tierra mía, ¿Cuánto tiempo tendré que estar viendo este crimen?
¿Hasta cuándo vamos a seguir reteniendo las aguas de la libertad, de la justicia… las aguas que no son más que la sangre fértil de nuestra madre naturaleza?
Es imposible olvidar lo que han hecho contigo. Riaño.
3 comentarios:
Increíble.
Tus palabras cargan cada día más sentimiento sobre ellas.
Eso es un escritor,lo demás,puras imitaciones.
Enhorabuena.
Bueno majo...
Gracias Guapísima.
A ver si te animas y escribes algo de estas montañas, algún recuerdo, alguna vivencia o lo que sea. Que tu escribes muy bien !
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